El tratamiento de las hernias de disco está experimentando una gran eclosión. Todas las maniobras que desarrollan los especialistas tienen un objetivo común: la resolución de la patología con la mínima agresión.
En esta línea, ha aparecido una nueva tendencia basada en el empleo de inyecciones o infiltraciones locales, intradiscales o paravertebrales, con ozonoterapia, más concretamente de O2-O3.
“La infiltración no es agresiva, se puede aplicar en cualquier paciente, en distintos tipos de hernias (cervicales, dorsales y lumbares) y carece de contraindicaciones y efectos secundarios, raramente algunos enfermos sólo refieren cefalea que remite en un breve periodo de tiempo”.
Las referencias bibliográficas, basadas en estudios de resonancia magnética, sobre este tipo de técnica ponen de manifiesto que “pasados entre tres y cuatro meses después de aplicar la inyección de ozono, el fragmento obstruido que aparecía en las imágenes se disolvía y el resto del disco se rehidrataba y se reexpandía. Se cree que el ozono actúa así porque existe una rehidratación de los mucopolisacáridos (sustancia integrante del disco intervertebral que le confiere viscosisdad y resistencia), con lo cual el disco se expande de nuevo. Un trabajo sobre la acción de los mucopolisacáridos en el cartílago, presentado por un investigador griego en uno de los últimos congresos mundiales de la especialidad, ponía de manifiesto que después de la ozonoterapia se producía una reincorporación del líquido de los mucopolisacáridos, de tal forma que el disco se expandía, produciendo una especie de regeneración discal.
En esta Resonancia Magnética se puede ver la desaparición de la hernia discal y regeneración del disco con solo infiltraciones paravertebrales de Ozono. La primera resonancia se realiza antes del tratamiento y la segunda pasados unos meses después de terminar el tratamiento.
El número de sesiones (infiltraciones) varía entre tres y doce, dependiendo de la gravedad y de la evolución del paciente. “Nuestro equipo utiliza una concentración de ozono de entre 20 y 30 microgramos en columna cervical y lumbar. La cantidad que se inyecta es de 5 centímetros cúbicos en columna cervical y de 10 centímetros cúbicos en lumbar en cada infiltración, cuyo número puede variar entre tres y seis, dependiendo de la sintomatología del paciente. La infiltración se lleva a cabo con anestesia local, cuando es intradiscal y aquí solo se realiza una sesión, a lo sumo dos”.
FIBROSIS
La ozonoterapia es especialmente útil en el abordaje de la fibrosis post-quirúrgica después de cirugía de hernia discal. “La fibrosis es una complicación de la cirugía que tiene un manejo escasamente resolutivo. Algunas personas mejoran con la administración de colchicina, pero no de una manera generalizada.
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